1. Reduce la celulitis y mejora la calidad de la piel. Ya que con el programa adecuado es capaz de destruir (literalmente) células adiposas de zonas corporales concretas, mejorando la circulación en esas zonas, permitiendo una mayor oxigenación y por lo tanto el proceso de lipólisis en la célula, descomponiendo finalmente la celulitis.
2. Aumenta la producción hormonal y el metabolismo basal, como consecuencia del aumento de la masa muscular, ayudando a descender el porcentaje graso (1 kg de músculo, “gasta” 4 kg de grasa al año). Mayor producción de hormonas que son importantes para los procesos de regeneración y reparación muscular, de la piel y tejido conjuntivo. Por ejemplo HGH (hormona del crecimiento), IGF-1 y testosterona.
3. Mejora del sistema circulatorio, favoreciendo el retorno venoso y el drenaje linfático.
4. Incremento de la densidad ósea, siendo muy útil para el tratamiento de la osteoporosis. Incrementos de un 7% de masa ósea en un año constatados.
5. Mejora de la propiocepción, estabilidad articular y flexibilidad, fundamental en cualquier proceso recuperador de la movilidad o preventivo de padecer lesiones. Muy indicado en pacientes que no pueden hacer palanca de fuerza (artrosis, condromalacia, …) en las máquinas de fuerza convencionales.
6. Incremento del rendimiento, potencia, fuerza y tono muscular optimizando el tiempo. Durante un programa de Power Plate® casi el 100% de las fibras musculares implicadas son activadas, efecto prácticamente imposible de lograr solamente con un entrenamiento convencional con cargas.
7. Mejora el rendimiento de cualquier deporte donde se manifieste la fuerza y la potencia. Es por este motivo que se utiliza como complemento a sistemas de entrenamiento con cargas y actividades aeróbicas